Me permito…

¿Cómo estás, cómo lo llevas? Te propongo un ejercicio para esta temporada en casa.

Escribe esas cosas que te permites para sobrellevar mejor la cuarentena. Las que ya estás haciendo, y otras que creas puedes poner en práctica.

Algunas sugerencias: me permito…

• Sentir mis emociones, escucharlas, darles un margen de tiempo. Mi rincón del silencio, mis minutos de llorar, de quedarme pensando.
• Equilibrar el malestar con actividades relajantes y placenteras.
• No ser tan exigente conmigo misma. Si tengo un día flojo, voy a menos revoluciones, me cuido más y mañana será otro día.
• Ser flexible y paciente. Con la dosis justa de empatía.
• Bailar con mi música favorita en el salón para desentumecerme, para hacer ejercicio físico, para divertirme. Dejar a un lado el sentido del ridículo, a veces tan limitante.
• Leer y contestar a mensajes cuando lo considere oportuno.
• Conectar y desconectar.
• Ser más vulnerable, no esconderme tras la máscara de persona que siempre puede con todo. Pedir ayuda, expresar mis necesidades, miedos o dudas.
• Dejar para mejor ocasión las decisiones importantes que no sea necesario tomar ahora.
• Establecer límites que me ayuden a mantener la serenidad, a no enfadarme.
• Callar si una conversación va camino de convertirse en una discusión o pelea. Hablar después cuando ya estemos más calmados.
• Charlas prolongadas con personas a las que quiero.
• Hacer planes para cuando esta crisis se supere.
• Reflexionar sobre mis prioridades y valores. Podría ser una oportunidad para modificar aspectos de mi vida con los que no me encuentro a gusto.
• Aprender de mis errores y buscar alternativas para no repetirlos con posterioridad.
• Un paréntesis en mis prisas, en mis objetivos, en mis proyectos. Puedo empezar a crear algo nuevo o diferente.
• Tener esperanza en medio del caos.
• Abrir la ventana, sacar la cabeza y permanecer un rato al sol.
• Aplaudir y agradecer a tanta gente conocida y anónima por su labor, su profesionalidad, su entrega.
• Decir “te quiero” o “te echo de menos”. Preguntar “¿cómo estás, cómo te encuentras hoy?” Escuchar sin juzgar, sin interrumpir, sin aconsejar.
• Soñar despierta.
• Terminar el día con una sonrisa.

Espero que te sirva de ayuda.

Cuídate mucho. Un fuerte abrazo.