La cuarentena puede tener consecuencias negativas en la salud psicológica de las personas afectadas, potenciando los sentimientos de miedo intenso, frustración o los pensamientos intrusivos y la rumiación (repetición constante de pensamientos en bucle), por lo que se deben tomar medidas para reducir el estrés psicológico asociado a estas situaciones de aislamiento.
Atle Dyregrov, psicólogo noruego, experto en intervención psicológica en situaciones de crisis, emergencias y catástrofes nos aporta los siguientes consejos:
1. Recuerda que estás prestando un servicio a la sociedad.
Permanecer en cuarentena supone prestar ayuda a los demás. Contribuye a reducir la posibilidad de que otras personas contraigan la enfermedad. Estás participando en una responsabilidad social colectiva manifestada a través de una acción altruista y generosa. Verlo desde esta perspectiva, ayuda a mantener la autoestima y a no sentirse estigmatizado.
2. Mantente activo, establece rutinas.
Las actividades, las rutinas y la programación de tareas permiten aumentar la percepción de control y dar sentido a cada día, disminuyendo la sensación de impotencia o frustración. Ante situaciones de incertidumbre, como las generadas por una situación así, proporcionan un sentido de estabilidad y seguridad. La realización de ejercicio físico, el mantenimiento de los hábitos de higiene personal diaria, el establecimiento de un horario regular para las comidas y otras actividades, contribuyen a generar una percepción de orden y a estructurar esta situación novedosa.
3. Potencia el contacto social a través de las redes sociales y el teléfono.
Este contacto social se vuelve especialmente importante durante la cuarentena. Evita el aislamiento psicológico y mantente en contacto diariamente. Establece unas horas concretas del día en las que establecer estos encuentros sociales a través del teléfono o el ordenador.
4. Mantén el control sobre tus preocupaciones.
Si bien es normal estar preocupados por la propia salud, si estos pensamientos ocupan mucho espacio mental, hay que establecer estrategias para distanciarse de estas preocupaciones constantes. La distracción es la mejor herramienta para combatirlas: lectura, películas, series, videojuegos, crucigramas, música o conversaciones a través de las redes sociales que no estén centradas en el coronavirus.
Otra estrategia útil consiste en posponer el momento en que nos dedicaremos a preocuparnos, estableciendo un periodo concreto del día (no más allá de 20 minutos), en el que nos dedicaremos a pensar o a escribir sobre nuestra preocupación tanto como queramos. Fuera de ese periodo concreto, si surgen pensamientos de preocupación, tienes que decirte a ti mismo: «Esto es algo en lo que pensaré en mi tiempo de preocupación, no ahora». Si esto se repite con suficiente frecuencia, este proceso de pensamiento se vuelve automático. No programes este momento de preocupación a última hora de la tarde o de noche. Si aparecen preocupaciones, no te irrites contigo mismo, solo repite que pensarás en ese tema en tu tiempo de preocupación.
5. Controla la exposición a las noticias sobre el coronavirus.
Sabemos que pasar demasiado tiempo viendo o leyendo noticias sobre una situación traumática afecta negativamente al bienestar de las personas. Si te mantienes protegido de la exposición constante a noticias sobre el virus, te resultará más fácil mantener la calma. Leer una noticia actualizada diaria de una fuente confiable es suficiente para estar informado de la situación.
Fuente: How to best live with quarantine?
Vía: INFOCOP onlilne
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